top of page

Esas tranquilas mañanas de domingo

Hoy la felicidad está disecionada en pequeños instantes, por eso hay cosas simples y sencillas que adoro, como puede ser bajar temprano una mañana de domingo a comprar el periódico, pan, o algo para desayunar a los niños. A esas horas poca gente suele circular por las calles, excepto aquellos que aprovechan para hacer algo de ejercicio. Incluso los vehículos parecen pasar a tu lado sin prisa, como haciendo la ronda o simplemente calentando motores. A mí me gusta fijarme en los detalles. Los Buenos Días con cabezas bajas y miradas soñolientas, los comercios a media luz y persianas entreabiertas, las calles mojadas por la lluvia que no escuchaste, o los trinos de los pájaros para los que madrugar no les es molestia. Caminando un poco y aprovechando la fresca temperatura, te decides a andar un poco más y desperezarte, llegándote tranquilamente hasta esas calles por las que en día laboral y de forma habitual llegas a otro ritmo más acelerado. Nada que ver con el alboroto y ruido del día a día, en el que todo el mundo circula de aquí para allá como hormiguitas atareadas. Entonces te das cuenta de lo bueno que es tener unos minutos para ti, para pasear, meditar o planificar aquello que quieres hacer dentro de poco. Casi sin darte cuenta, seguro que has llegado a pasar junto a alguna zona verde, parque o jardín en el que hace mucho tiempo no habías entrado. Y ves ese banco vacío desde donde hay una vista perfecta de la tranquilidad; así que decides que por qué no detenerte y contemplar la suerte que tienes de ser y estar donde estás. Como el sol ya ha subido y el día está clareando, aprovecho a sacar dos o tres fotografías del lugar al que seguro volveré, antes de retornar a la realidad de este tranquilo día de domingo. Saludos.


Entradas destacadas
Entradas recientes
Archivo
Buscar por tags
Sígueme:
  • Instagram Social Icon
  • Facebook Basic Square
  • Twitter Basic Square
  • Google+ Basic Square
bottom of page